El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, firmó el sábado una orden ejecutiva que instruye al Departamento de Comercio a iniciar una investigación sobre las importaciones de madera y productos derivados, con el objetivo de evaluar su impacto en la seguridad nacional. Esta acción se enmarca en la Sección 232 de la Ley de Expansión Comercial de 1962, que permite al presidente imponer medidas como aranceles si las importaciones se consideran una amenaza para la seguridad del país
La industria de productos de madera, que incluye madera aserrada y productos derivados como papel, muebles y gabinetes, es considerada crítica para la seguridad nacional, la fortaleza económica y la resiliencia industrial de Estados Unidos. Estos productos son esenciales tanto para la construcción civil como para proyectos militares, con un gasto anual de más de 10.000 millones de dólares en construcción por parte del sector de defensa.
A pesar de que Estados Unidos posee amplios recursos madereros y una capacidad de producción que podría satisfacer el 95% de la demanda interna de madera blanda en 2024, desde 2016 el país se ha convertido en importador neto de madera. Esta situación se atribuye a subsidios injustos y prácticas comerciales predatorias por parte de gobiernos extranjeros, que han llevado a una dependencia de importaciones que podría comprometer la seguridad nacional.
La investigación evaluará diversos factores, incluyendo la demanda actual y proyectada de madera en Estados Unidos, la capacidad de la producción nacional para satisfacer esa demanda, el papel de las cadenas de suministro extranjeras, el impacto de los subsidios y prácticas comerciales de otros países, y la viabilidad de aumentar la capacidad doméstica de producción de madera para reducir las importaciones.
Además, el presidente Trump ha ordenado medidas para incrementar el suministro doméstico de madera, incluyendo la agilización del proceso de permisos para la cosecha de madera en tierras públicas y la mejora en la recuperación de árboles caídos en bosques y vías fluviales. Estas acciones buscan no solo aumentar la producción nacional, sino también reducir los riesgos de incendios forestales y mejorar los hábitats de la vida silvestre.
El asesor comercial de la Casa Blanca, Peter Navarro, señaló que esta medida busca contrarrestar las acciones de grandes exportadores de madera, incluyendo Canadá, Alemania y Brasil, que, según él, están «volcando madera en nuestros mercados a expensas de nuestra prosperidad económica y seguridad nacional».
La investigación deberá completarse en un plazo de 270 días, tras lo cual se presentarán recomendaciones al presidente sobre acciones para mitigar las amenazas identificadas, que podrían incluir la imposición de aranceles, controles de exportación o incentivos para aumentar la producción nacional.
