“El Presidente entrará a ejercer su encargo el 1o. de octubre y durará en él seis años.
El ciudadano que haya desempeñado el cargo de Presidente de la República, electo popularmente, o con el carácter de interino, provisional o sustituto, en ningún caso y por ningún motivo podrá volver a desempeñar ese puesto.”
Este artículo es clave para entender cómo se renueva el poder en México. Aquí se establece que el Presidente o Presidenta toma posesión cada 1º de octubre (antes era el 1º de diciembre) y permanece en el cargo por seis años exactos. No hay extensiones, no hay reelecciones, no hay segundas vueltas.
Pero lo más importante es esto: quien ya haya sido Presidente —sea porque ganó la elección, fue presidente interino, sustituto o provisional— ya no puede volver a ocupar ese cargo, jamás. Es decir, en México la reelección presidencial está totalmente prohibida, sin excepciones.
Esto se pensó para evitar abusos de poder como los que se vivieron durante el Porfiriato, donde Porfirio Díaz se mantuvo en la presidencia más de 30 años. Hoy, la alternancia es una regla constitucional, y está blindada por este artículo.
Así que no importa si un presidente fue muy querido o muy odiado: una vez que termina su mandato, se retira del cargo para siempre, sin posibilidad de regresar al poder.
