Artículo 79.- La Auditoría Superior de la Federación es el órgano técnico de fiscalización del Poder Legislativo, dependiente de la Cámara de Diputados.
Tiene autonomía técnica y de gestión.
Se encarga de fiscalizar la Cuenta Pública, verificar que el dinero público se use de manera legal, eficiente, honesta y transparente.
Puede iniciar investigaciones, formular recomendaciones, denuncias y presentar informes a la Cámara de Diputados.
También puede fiscalizar directamente a los Estados y Municipios cuando usen recursos federales.

El Artículo 79 habla sobre uno de los órganos más importantes pero menos conocidos del país: la Auditoría Superior de la Federación (ASF). Este organismo es el encargado de revisar cómo se gasta el dinero público.

No depende del Presidente ni de ningún partido político. Está ligado al Congreso —específicamente a los diputados— pero funciona de manera autónoma, con libertad técnica para hacer su trabajo sin presiones.

La Auditoría puede revisar a todas las dependencias que reciben dinero del gobierno federal: secretarías, instituciones, universidades públicas, y hasta gobiernos estatales y municipales si gastan recursos federales.

Si encuentra irregularidades, puede denunciar penalmente, emitir recomendaciones o dar informes detallados al Congreso. No es solo una oficina que “revisa cuentas”, sino un vigilante del buen uso del dinero del pueblo.

En resumen: el Artículo 79 establece que nadie se puede gastar el dinero público como le dé la gana. Todo se fiscaliza, todo se debe justificar, y hay una institución especialmente creada para eso.