La nacionalidad mexicana se adquiere por nacimiento o por naturalización.
Son mexicanos por nacimiento:
a) Los que nazcan en territorio de la República, sin importar la nacionalidad de sus padres.
b) Los que nazcan en el extranjero, hijos de padres mexicanos, madre mexicana o padre mexicano nacidos en territorio nacional.
c) Los que nazcan en embarcaciones o aeronaves mexicanas.
Son mexicanos por naturalización:
a) Los extranjeros que obtengan carta de naturalización de la Secretaría de Relaciones Exteriores.
b) La mujer o el hombre extranjeros que contraigan matrimonio con un mexicano/a y se establezcan en el país cumpliendo con los requisitos que marque la ley.
El Artículo 30° responde una pregunta muy sencilla pero fundamental: ¿quién es mexicano? Y la respuesta tiene dos caminos: por nacimiento o por naturalización. Si naciste en México, ya está, eres mexicano sin importar la nacionalidad de tus padres.
Pero también puedes ser mexicano aunque hayas nacido en otro país, si tus papás (o incluso uno solo de ellos) son mexicanos de nacimiento. También aplica si naciste en un avión o barco mexicano. ¡Hasta los nacidos en alta mar pueden ser mexicanos si el barco es nacional!
Ahora bien, hay personas que nacieron en otro país y se hacen mexicanas por elección. A eso se le llama naturalización. Para lograrlo, deben cumplir con ciertos requisitos legales, como vivir en México un tiempo determinado y obtener la carta de naturalización.
Incluso una persona extranjera que se case con un/a mexicano/a puede convertirse en mexicano/a, siempre y cuando se establezca en el país y cumpla con lo que diga la ley. No basta con casarse, hay que hacer bien el proceso.
En resumen, el Artículo 30° nos recuerda que ser mexicano no solo es una cuestión de territorio, también es un vínculo con la patria, con la historia y con la comunidad. La nacionalidad no se regala, pero sí se puede compartir con quienes decidan formar parte de esta nación con responsabilidad y compromiso.
