“La Cámara de Diputados se compondrá de representantes de la Nación, electos en su totalidad cada tres años. Por cada diputado propietario, se elegirá un suplente.”
Este artículo es súper directo, pero muy importante: nos dice cómo se forma la Cámara de Diputados. Para empezar, deja claro que todos los diputados federales se eligen al mismo tiempo, cada tres años. Nada de que se van renovando poquito a poco o por partes. Aquí es de jalón.
Además, no se elige solo al diputado «titular», sino también a un suplente. ¿Y eso para qué sirve? Pues porque si el titular no puede seguir (por renuncia, licencia, fallecimiento o cualquier otra razón), el suplente entra en su lugar sin necesidad de hacer nuevas elecciones. Así se evita que el Congreso se quede cojo o incompleto.
Es como si al votar por un diputado, en realidad estuvieras eligiendo a un equipo: el que va al frente y su respaldo, por si algo pasa. Esto permite dar continuidad al trabajo legislativo y ahorra tiempo y dinero al país.
Lo más interesante de este artículo es que nos recuerda que los diputados no representan solo a su distrito o partido, sino a toda la Nación. Eso significa que sus decisiones deben tener una visión amplia, pensando en el bien común y no solo en intereses locales o personales.
Así que la próxima vez que escuches que “se renovó la Cámara”, ya sabes: son todos y todas, elegidos en bloque y con suplentes listos por si las dudas.
