Nadie puede ser juzgado por leyes privativas ni por tribunales especiales. Ninguna persona o corporación puede tener fuero, ni gozar más emolumentos que los que sean compensación de servicios públicos y estén fijados por la ley. Subsiste el fuero de guerra para los delitos y faltas contra la disciplina militar; pero los tribunales militares en ningún caso y por ningún motivo podrán extender su jurisdicción sobre personas que no pertenezcan al Ejército, Fuerza Aérea, Armada y Guardia Nacional. Cuando en un delito o falta del orden militar estuviese complicado un paisano, conocerá del caso la autoridad civil que corresponda.
El Artículo 13° de la Constitución es muy claro: en México nadie puede estar por encima de la ley, sin importar su posición o cargo. Esto significa que no pueden existir tribunales especiales ni leyes hechas a la medida para favorecer a alguien. Todos debemos ser juzgados con las mismas reglas y ante los mismos tribunales.
La idea detrás de este artículo es acabar con los privilegios injustos. No puede haber tribunales que solo sirvan para juzgar a ciertas personas o grupos de poder. Todos, desde el ciudadano común hasta el servidor público más alto, deben responder ante los mismos jueces y bajo las mismas leyes.
Sin embargo, hay una excepción: el fuero militar. Si alguien perteneciente al Ejército, la Fuerza Aérea, la Armada o la Guardia Nacional comete una falta relacionada con su disciplina interna, será juzgado por tribunales militares. Pero ¡ojo! Esto no aplica si el delito afecta a un civil. En ese caso, la autoridad civil se encarga del proceso.
Lo importante es que nadie puede aprovecharse de su posición para evitar ser juzgado por delitos comunes. Si un militar comete un delito contra un civil, no puede escudarse en su cargo para librarse de la justicia común. Esto asegura que la justicia sea pareja para todos, sin importar si eres civil o militar.
En resumen, el Artículo 13° garantiza que en México no haya tribunales a modo ni leyes hechas para proteger a ciertos grupos. Todos somos iguales ante la justicia y nadie tiene el derecho de librarse de sus responsabilidades.
