Voces

La Legislatura Constituyente de la Cuarta Transformación

COLUMNA POR: JOAQUIN ZEBADUA

En 1982 durante la dictadura de Pinochet en Chile, este país se convirtió en el laboratorio del neoliberalismo para América latina. Con la brutalidad de esa dictadura se instrumentó el paquete completo: se privatizaron todas las empresas del Estado, se cedieron las riquezas naturales, se concesionaron playas, carreteras se terminó con los derechos laborales, se privatizó la educación media y superior, en fin, todo.  

En las décadas siguientes el neoliberalismo avanzó en América Latina. Entre los alumnos mas aplicados se encontró la alianza perversa entre el PRIAN que comenzó a simular la alternancia y que terminó por devorar lo que fue el mayor partido de izquierda en los finales del Siglo XX, el PRD. Con Miguel de La Madrid primero y con la rapacidad de Carlos Salinas de Gortari después, se abrieron nuestras fronteras en condiciones de desigualdad que acabaron con sectores completos de nuestra economía, se privatizaron más de 1000 empresas propiedad de la Nación,  y se el desmanteló lo poco que quedaba del Estado de Bienestar emanado de la Revolución de 1910.

Con la complicidad del PRIANRD,  se modificó nuestra Constitución en partes sustantivas: se revirtió la Reforma  Agraria, se hizo la hacendaria para que los ganaran mas, pagaron menos impuestos, se acabó con los derechos laborales, se abandonó la educación pública educativa, se hizo nueva ley de amparo para proteger a las grandes empresas, se reformó en materia de competencia económica para proteger los oligopolios, se entregaron las telecomunicaciones y radiodifusión para permitir una sola versión de los hechos difundida por los medios tradicionales. Por último con el mal llamado Pacto por México, que fue un pacto por la corrupción, en el gobierno de Peña Nieto se reformó la Constitución en materia energética para entregar petróleo, gas y electricidad a los privados. 

 Nuestra constitución es de las que más reformas ha tenido a lo largo de su existencia desde 1917 hasta este 2024: 256 reformas que modificaron en 770 ocasiones diversos artículos. Buena parte de esas modificaciones se realizaron durante el periodo neoliberal.

Pero llegó el momento en que la persistencia de un gran dirigente de izquierda, junto con el pueblo de México construyó un gran movimiento. A lo largo de décadas sistemáticamente denunció las peores prácticas neoliberales. Hasta 2018, donde de la mano del pueblo, Andrés Manuel López Obrador llegó con una votación histórica a la primera legislatura Constituyente de nuestro movimiento: en la legislatura constituyente del primer piso de la Cuarta Transformación.

A lo largo de estas 2 legislaturas, en estos 6 años de transformación se impulsaron reformas importantísimas para garantizar el Estado de Bienestar al que estamos transitando, bajo el principio de que, por el bien de todos, primero los pobres.

Pero cuando llegamos otras reformas que tienen que ver con el funcionamiento de nuestra democracia. con una reforma electoral que permitiera que hubiera el mejor régimen posible de representación directa y proporcional mediante el establecimiento de listas por estados o la recuperación de la Soberanía Energética, nos topamos con los intereses de las grandes compañías. Llegamos al absurdo de tener en una sesión de la Comisión de Energía a desarrollar en el pleno de la Cámara de Diputados a un cabildero de una empresa internacional dictándole los debates a los diputados de la oposición. 

Nuestro Plam A fue la Reforma Constitucional y los diputados de la oposición traicionaron al pueblo de México y no avanzó.  Nuestro Plan B fueron reformas legales que permitieran avanzar  lo más que se pudiera y el Poder Judicial traicionó al pueblo de México y dejó sin efectos estas reformas. Nos fuimos entonces al Plan C:  de mayoría Calificada, C de Claudia Sheinbaum, mujer humanista, de izquierda. Compañera de lucha incansable del presidente Andrés Manuel López Obrador, con quien llamamos al pueblo de México a que votará por morena y los partidos de nuestra coalición para obtener la mayoría calificada y hacer las reformas a la Constitución que  el 5 de febrero de este año nuestro Presidente envió a la Cámara de Diputados del Congreso de la Unión. El pueblo de México que no es tonto entendiendo la coyuntura histórica en la que nos encontramos y decidió darnos 36 millones de votos para alcanzar la mayoría calificada. Nosotros llegamos con toda la legitimidad para hacer las reformas fundamentales que nuestro país requiere para dejar atrás el neoliberalismo y permitir la consolidación del Estado de Bienestar que estamos construyendo.

 Estamos unos días de arrancar en septiembre este proceso. Vamos primero que nada a la reforma del Poder Judicial que hace mucho tiempo dejó de responder a los intereses del pueblo de México y que se encerró en una torre de cristal a tomar decisiones al a favor de los más poderosos. Estaremos en unos días reconociendo por fin a plenitud los derechos de los pueblos originarios de nuestro país, después de 500 años de resistencia indígena y de 30 años de la emergencia de los pueblos indígenas en 1994. Estaremos ampliando Derechos sociales con el establecimiento del sistema nacional de cuidados que permita que las mujeres a partir de los 60 años cuenten con un apoyo económico, así como las becas universales para los estudiantes de educación básica. Haremos los cambios necesarios a la ley del issste del 2007 para garantizar pensiones dignas a los trabajadores del Estado.  Vamos a honrar el legado de nuestra Revolución mediante la no reelección. 

En suma, estamos a unos días de iniciar este Congreso Constituyente, la Legislatura Constituyente de la Cuarta Transformación con la absoluta certeza de que estamos caminando del lado del pueblo de México, por la democracia y la Soberanía Nacional.