“La demarcación territorial de los 300 distritos electorales uninominales será la que resulte de dividir la población total del país entre los distritos señalados. La distribución de los distritos electorales uninominales entre las entidades federativas se hará teniendo en cuenta el último censo general de población, sin que en ningún caso la representación de una entidad federativa pueda ser menor de dos diputados o diputadas de mayoría.”

“Para la elección de los 200 diputados y diputadas según el principio de representación proporcional y el Sistema de Listas Regionales, se constituirán cinco circunscripciones electorales plurinominales en el país conformadas de acuerdo con el principio de paridad, y encabezadas alternadamente entre mujeres y hombres cada periodo electivo. La Ley determinará la forma de establecer la demarcación territorial de estas circunscripciones.”

El Artículo 53 nos responde una pregunta clave: ¿cómo se decide cuántos diputados le tocan a cada estado? Pues la fórmula es sencilla en teoría, aunque complicada en la práctica: se toma el total de población del país y se divide entre los 300 distritos electorales uninominales. Así se distribuyen los curules de mayoría relativa. Pero claro, como México no es un país de regiones iguales, hay un candado importante: ningún estado puede tener menos de dos diputados de mayoría. Esto garantiza que incluso los estados menos poblados tengan una voz en la Cámara.

Además, para los 200 diputados que se eligen por representación proporcional, el país se divide en cinco circunscripciones plurinominales. Y aquí entra algo muy importante: la paridad de género. Las listas deben estar balanceadas entre mujeres y hombres, y se alternan encabezamientos por periodo.

Esto significa que no solo se busca representación geográfica, sino también equidad de género y pluralidad política. No basta con que haya un diputado por cada cierto número de habitantes, también se busca que las decisiones del Congreso reflejen la diversidad del país. En resumen, este artículo es como la receta para que el Congreso tenga equilibrio entre población, territorio y género. Un cálculo que busca ser justo, aunque la política siempre lo complique un poco.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *