“La Cámara de Diputados estará integrada por 300 diputadas y diputados electos según el principio de votación mayoritaria relativa, mediante el sistema de distritos electorales uninominales, así como por 200 diputadas y diputados que serán electos según el principio de representación proporcional, mediante el Sistema de Listas Regionales, votadas en circunscripciones plurinominales.”
Este artículo nos dice exactamente cómo se arma la Cámara de Diputados. En total, la integran 500 personas: 300 que ganan por “mayoría relativa” en cada uno de los distritos del país (o sea, el que saca más votos, aunque no sea mayoría absoluta), y otros 200 que se eligen por “representación proporcional”, con base en los votos que recibe cada partido.
¿Y eso cómo funciona en la práctica? Bueno, México está dividido en 300 distritos electorales uninominales, donde se elige a un diputado por voto directo. Es decir, tú votas por una persona con nombre y apellido. Quien gane ese distrito, se va a San Lázaro.
Pero para que los partidos pequeños no queden fuera, también se reparten 200 curules según los votos que recibieron en todo el país. Aquí es donde entra el “Sistema de Listas Regionales”, donde cada partido presenta una lista de personas por circunscripción y, dependiendo de cuántos votos recibió en general, se van asignando escaños.
Este sistema mezcla lo mejor de dos mundos: la representación directa de cada región (con los 300 distritos) y la inclusión de distintas voces políticas (con los 200 proporcionales). Así, ni se monopoliza el poder, ni se excluye a las minorías.
Con esto se busca un Congreso más plural, que refleje de manera más justa lo que piensa y vota la gente en todo el país. Porque al final, la Cámara debe ser un espejo del México real, no solo de las mayorías.
