“El Supremo Poder de la Federación se divide para su ejercicio en Legislativo, Ejecutivo y Judicial.”

“No podrán reunirse dos o más de estos Poderes en una sola persona o corporación, ni depositarse el Legislativo en un individuo, salvo el caso de facultades extraordinarias al Ejecutivo de la Unión, conforme a lo dispuesto en el artículo 29. En ningún otro caso, salvo lo dispuesto en el segundo párrafo del artículo 131, se otorgarán facultades extraordinarias para legislar.”

esuelven los conflictos).

¿Y por qué es tan importante dividir el poder? Pues porque eso impide que alguien se vuelva todopoderoso. Imagínate que el mismo que manda también hiciera las leyes y además juzgara… ¡sería una dictadura! Por eso, la Constitución marca que nadie puede concentrar más de un poder, salvo algunas excepciones muy precisas y justificadas.

Una de esas excepciones está en el artículo 29, cuando hay situaciones de emergencia que requieren acciones rápidas, como suspender garantías. Pero incluso en esos casos, hay candados para que no se abuse del poder.

Este artículo nos recuerda algo vital: la democracia necesita equilibrio, y ese equilibrio sólo se logra con instituciones que se vigilen entre ellas. Así, si el Congreso se pasa, la Corte lo frena. Si el presidente quiere hacer algo fuera de lugar, los otros poderes lo corrigen.

En pocas palabras, el Artículo 49 nos dice: “Aquí nadie se manda solo”. Y eso, en un país con historia de abusos de poder, es oro molido.

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